-Natalia ven quiero que veas esto...
-¿Dime que sucede?
La viejecita se acercó a la ventana y se apoyo en el borde de esta. Aún no entendía que era lo que su esposo quería que viera.
- Nati ¿ves esa pareja de enamorados sentados en aquella banqueta? Llevo algún tiempo observándolos, es mejor que te sientes para que veas lo que te quiero mostrar, primero tendrás que escucharme.
Natalia no veía aún lo interesante de la pareja, se veían como un par de chicos comunes, pero obedeció al anciano de todas maneras ya era tarde y ella había adelantado las tareas de la casa. Tomó al gato y arrastró una silla hasta la ventana; puso el animal sobre sus piernas y levanto la cara esperando a que su marido hablara.

- Bien, esos dos se sientan en esa banqueta todas las tardes a esta misma hora. Fue inevitable verlos y acostumbrarme a su presencia, como ves su visita acá coincide con mi hora de descanso frente a la ventana. Podría jurar que la primera vez que vinieron fue el día en que él le declaró su amor a la chica, el caso es que me llamó mucho la atención que esta pareja no es como las otras, sabes... pueden pasar la tarde entera allí sentados conversando muy amenamente sin besarse ni tomarse las manos comprendí entonces que el amor de estos dos es muy particular. Si notas querida esta chica es muy simpática, creo que con todos sus atributos sería capaz de atraer la atención de un hombre que supere en apariencia a su novio.
- Tienes razón- dijo Natalia acomodándose los anteojos para verlo bien- lo que afea el joven es el acné que ha invadido su cara.
- ¡Exacto!
- Y te diré que no está tan fácil ignorar todos esos granos y manchas... Bueno pero ya lo dijiste parece que es amor del bueno (risas).
- Pero recuerdo que esos granos empezaron a brotarle meses después de su romance y tal parece que eso no les afecto en lo absoluto. Dime algo, si tu estuvieras en el lugar de la chica ¿lo habrías dejado?
- Nunca estuve en una situación como esa, tu eras muy apuesto cuando te conocí – sonrió tiernamente extendiendo su mano para acariciar la arrugada mejilla del anciano.- y lo sigues siendo... pero eso no significa que me enamoré de tu exterior.
- De lo que estoy seguro es que para una muchacha vanidosa sería imposible caminar digna con su novio tan defectuoso por la calle. ¿Como le llamarías a eso?
Ella se quedó callada por un rato y dijo con voz insegura:
- ¿Narcisismo?
- ¡Natalia te amo! Y si a ti te hubiese faltado un brazo, una pierna o si tuvieses un enorme lunar en la cara estaría dispuesto a vivir otros cincuenta y cuatro años más y tres vidas seguidas contigo...

(victima del narcisismo)