Qué angustia me recorre el alma,
tan sólo saber que te herí de alguna manera;
no pretendo que me creas un santo,
ni menos que me coloques en lo más alto.
todo cuanto te he dicho es sincero,
puro, cristalino y verdadero;
no te oculto ni engaño en nada,
puedes abrir mi mente cuando quieras.
Sólo hazme saber que no te he hecho daño,
que mis sentimientos no te hieren;
ambos tenemos nuestro pasado,
pero solo tú estás en mi presente,
y sólo a ti quiero en mi futuro.
Si con estas palabras no he sido claro,
y con ellas te genero más desasosiego,
solamente tienes que preguntar lo que quieras,
que las respuestas por ti esperan.
Solo quiero tu felicidad,
esté o no esté yo contemplado en ella,
quiero que sepas que apoyaré tus desiciones;
y que en la dificultad,
te propondré soluciones;
porque tu nombre ha nacido
y crecido con fuerza,
en cada una de mis acciones.
Yo no vendo simulacros,
ni los fabrico ni regalo;
y quiero que tengas claro,
que no te miento,
que no te engaño.
Que todo lo que siento
siempre es verdadero,
no me acechan las dudas,
no me provocan los inciertos;
porque tengo mis ideas claras,
al igual que mis sentimientos.
No nos vendamos simulacros,
pues sería perder el tiempo;
no nos separemos como océanos,
más bien hagamos puentes lejos de lo incierto.
Tienes mucho tiempo para meditarlo,
el que para mi parecerá eterno;
y cualquiera sea tu elección,
yo seguiré aquí aunque sea adverso,
porque al fin y al cabo,
la que importa eres tú,
yo ya estoy lejos de este tiempo.
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