Luisa camina por la calle en uno de esos días en que todo sale muy mal, en que las fuerzas de la naturaleza parecen en contra suya; se le atraviesa todo, el único charco de la calle sirve para ser salpicado por un carro hacia ella, se le pierde la billetera. Ella va hacia la universidad, pero antes tiene que alcanzar el bus en cierta calle y para completar tal fin tiene que pasar por una especie de callejón que forman dos casas adecuadas para compromisos lucrativos, señoritas vendiendo su cuerpo. Todas las mañanas pasaba por allí y no le parecía muy peligroso hasta ese día.

Mira hacia la izquierda Lucas, aquel pandillero que no pudo con el bachillerato y decidió dedicarse un poco a compromisos lucrativos, más bien poco legales. Una figura se mueve por la calle, Lucas piensa un poco y se da cuenta que podría ser un buen candidato a víctima de su trabajo; empieza a moverse con tal sutileza que parecía raro en un ser humano y por lo tanto muy llamativo a la vista, saca su utilería para hacer su labor y emprende a culminar con su objetivo.

José, el niño ese de la escuela esa, que vivía por ese deporte alentador de las masas y por lo tanto idiotizador , llamado fútbol, caminaba con su balón como comúnmente hacia a eso de las 10 de la mañana, mira hacia el cielo y ve que se dispone a llover por eso apresura el paso. Casi llegando a la casa de su tía; la que por las noches le decía que tenía que encerrarse con tipos extraños en la alcoba del lado, a gritar, solo para culminar un proyecto científico; sintió un estruendo y luego unas cosquillas en su estomago.

Aceleró su patrulla al ser avisado por la central sobre un posible asesinato a la vuelta de la esquina de donde el se encontraba; cuando se disponía a voltear divisó un sujeto corriendo con algo que parecía a una navaja en su mano. Frena y abre la puerta, grita un aviso al corredor, y éste para, pero luego saca un arma de su bolsillo y presiona el gatillo 3 veces. Luego de ese incidente, Héctor, un honesto policía pasa tres meses en el hospital luego de una perforación de pulmón. A los dos años muere con otras 4 perforaciones más.