Angel.

Los ángeles deben ser seres muy especiales. Nada más pienso en ellos y ya me logro sentir mejor. Existen seres que conviven a diario con nosotros y estoy casi seguro que están emparentados con estos alados amigos.
Hoy caminaba algo triste bajo una lluviosa tarde, las que normalmente me alegran, cuando un pequeño animal me comienza a seguir y a exigir de mi su atención. Ante tanta insistencia finalmente cedí y le miré para ver que es lo que quería.
¿Qué te ocurre perrito?, le pregunté. Obviamente no esperaba de él una respuesta, pero es lo único que se me ocurrió decirle a un perro. Enseguida sus ojos se clavaron en los míos y sentí una oleada de calor que me invadía, pero no solo era que me estuviera subiendo la temperatura de mi cuerpo. Era que mi alma comenzaba a sentirse menos desolada, que mi amigo me estaba queriendo transmitir algo. Me acerqué y comencé a acariciarlo sin poder despegar mis ojos de su mirada.
No sé cuanto duró nuestro pequeño encuentro, y la verdad no me interesa mucho saberlo, pero en todos esos segundos que compartí con mi canino mensajero, me logró sacar de mi estupidez y olvidarme de mis pequeñísimos problemas que tanto me afligen. Me di cuenta que el mundo no son solo mis necesidades, que existen seres que requieren de nuestra atención, no solo para ayudarles, sino mas bien para recibir de ellos alivio de nuestras aflicciones.
Finalmente este pequeño, decidió que había estado mucho tiempo conmigo, me dió un amistoso ladrido y continuó su camino bajo la lluvia, con la certeza que en su corto periplo habia descansado de sus penas a un pobre mortal.
Definitivamente no hace falta tener forma humana, o poseer un par de alas para ser considerado algo especial.
M.A.