No alcanzo la categoría de desocupado porque eludo trabajar bajo relación de dependencia, o sea que no me expongo a despidos laborales. Padezco de ciclotimia y como un camaleón voy dejando de ser quien soy como quien deja una propina en el bar, además de revelarme fácilmente a la autoridad con el celo de un arma en desuso.
No tengo otra opción que desempeñarme en distintas tareas habituales para obtener el pan.
Aun sigo queriendo encontrar la mujer que se adapte a mi carácter pero confieso que he perdido las esperanzas en este sentido; entonces busco, pero de una manera superficial, simbólica, ya que me deprimo haciendo que se pierda esa energía vital que pone en funcionamiento al corazón del pretendiente.
Soy una persona tan cambiante, frágil de conciencia, carezco de una ideología existente pero adoro al capitalismo pues pienso que es el fin último de la política, el sistema que supo desterrar la esclavitud del planeta, y que defendió a los judíos del holoscausto. De todos modos está bueno tener un sindicato que abogue por tus intereses como propios.
Si por mi fuera o dependiera el bienestar de la gente creo pensar que estaríamos mejor de lo que nos encontramos, pero no resulta sencillo, que la libertad se instale obvia entre tanta gente con apetito en la panza; por este motivo será conveniente empezar esta nueva era que comienza bajo mi autoridad única en todo el mundo, degustando una picada gigantesca de frutos de mar con verduras de todas las regiones, hervidas con agua de algún océano elegido entre todos juntos al azar.