Y a esta flor se la llevó el invierno,
se marchita en mi sueño, o pesadilla,
acongojado, no tengo refugio,
sin amparo, ya no tengo ni a una madre,
no hay falda, calor, ni un te quiero,
tan solo un cigarro que se consume como nuestro amor,
pero dicha blasfemia existida alguna vez, eso creo,
fue real o solo nítida en mi pupila,
ahora solo se dilata, es colosal como la de un caballo,
pero esta tan desgarrada como la de un gato,
no hay claridad en mi, no espero mas de mis letras,
solo sufro y temo, ya no sueño.
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