El día de hoy me olvidaré de todo a fin de rendir un merecido homenaje a los hombres anonimos que el día ll de septiembre llevaron a cabo la gran hazaña: derrumbar las Torres Gemelas no fue cualquier cosa, no todos los dias suceden actos de tal valentia, no todos los días la victima se yergue y asesta un golpe al victimario.
Dejenme redundar un poco mas, fue un acto de heroismo, fue algo perfectamente calculado, con tal minuciocisad que salio casi perfecto. Felicidades Osama Bin Laden, necesitamos a mas como tu.
Antes, decíamos solo por decir cuando a alguien se le subía demasiado "Torres más grandes he visto caer" lo maravilloso de todo esto es que ahora cuando lo decimos hablamos con conocimiento de causa.
Un acto como este, es sólo llevar al imperio un poco del terror que este a diario y a lo largo de los años y de la historia ha llevado a todos los rincones del mundo, hagamos una rememoración de algunos de ellos:
130,000 asesinados en Irak en 1991
200,000 iranies muertos entre 1979 y 1986 por la guerra Iran Irak financieda por Estados Unidos
250,000 muertos en 1945 en Hiroshima y Nagazaki por las bombas atomicas
15,000 muertos en 1973 en Chile, por el golpe de Estado financiado por la CIA.
1,000,000 (significa unmillon) de muetos en Vietnam en los años 70 por tropas norteamericanas
Eso sin dejar las innumerables victimas dejadas por las guerras financiadas en El Salvador y Nicaragua, y tras la invasión a Panamá en 1989.
Eso sin olvidar el robo a México de mas de dos millones de kilometros cuadrados.
Vamos a hablar de la lógica de un acto terrorista, tiene que quedar claro algo: no puede suceder que por el sólo gusto de hacerlo, comandos de por lo menos ocho hombres, secuestran aviones, y los dirigen a las torres gemelas, al Pentagono y la Casa Blanca, para que algo asi suceda debe haber mucho odio de por medio, muchos agravios que vengar, muchas lagrimas convertidas en coraje.
Muchos, en especial los gringos, ingleses e isralelies, tras un actor terrorista se rasgan las vestiduras y con lagrimas en los ojos,y mirando al cielo, preguntan "por qué". En cierta forma tienen razón al exigir una respuesta, se sienten inocentes, y en esencia y en estricta justicia lo son, lo ideal sería que un atentado terrorista hiciera correr la sangre del presidente de los Estados Unidos, o de Inglaterra, o de Israel, pero todos sabemos perfectamente que no es facil llegar a ellos, se han rodeado de tales cuerpos de seguridad que es imposible llegar a ellos.
Entonces viene la lógica de la democracia: en un país democrático, como se llaman estas tres naciones, aunque en esencia sea una mentira, se supone y se entiende que la mayoria de la poblacion eligió a los hombres que les gobiernan, y esos hombres han decidido sembrar terror en el mundo, en especial en países árabes, más exactamente, en países arabes poseedores de petróleo; en los tiempos actuales son Tony Blair, George Bush y el agonizante Ariel Sharon, al ser estos hombres sembradores de terror, derramadores de sangre, y al ser el pueblo el que les eligió, entonces el pueblo es por lógica, cómplice de los asesinos que les gobiernan, por tanto son ellos los únicos que podrían detener a estos opresores, en virtud de que ellos son los que los pusieron alli, y eso sólo se lograría si este pueblo sufre un poco del terror del que es cómplice, si derrama algunos cuantos litros de sangre por los miles que han derramado sus victimarios, si dejan escapar unas cuantas lágrimas en pago de los mares que han llorado los habitantes de tantas naciones.
Pero en realidad somos ingenuos al creer que con estos atentados se va a detener el imperio, un padre norteamericano prefiere legar a su hijo al imperio para la guerra, con tal de seguir teniendo petroleo para calentar su hogar y para mover sus autos.
Tras este acto heroico, reivindicador de los derechos de las naciones oprimidas, hemos visto nuevas matanzas en Irak y en Afganistan.
Rindo pues, con estas sencillas lineas, un homenaje a los hombres que el 11 de septiembre de 2001 tiraron las Torres Gemelas, fue un acto de fabula.
Ahóra, miremos hacía adelante: aun hay muchos agravios que vengar, aún hay muchas torres que tirar.
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