El canto de las punas
acompañaba a mis
pies.
Al noble caminante.
El rió
cantaba con mis brazos
tirados al viento
En el remanso de un riachuelo
recostaba mi animo
Me acomodaba suavemente en las aguas
los manantiales son claros vestigios
de mi vida andina.
Texto agregado el 11-09-2006, y leído por 131
visitantes. (1 voto)
Lectores Opinan
11-09-2006
Muy bello...saludos Reflejo
11-09-2006
Cuando la tierra llama, las montañas son fuertes, se siente que eres parte de ellas. Me encantó***** purosentimiento
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