No me digas que hay aprecio, no me mientas al decir que sólo piensas en sonreír. Olvida el canon rancio: cierra tus manos vacías, ve por donde respiras. Llénate de sinceridad y pregunta por ello que vienes a buscar. Anda, llévatelo. No des las gracias. No inventes palabras de nada. Anda; amigo, hermano.
Texto agregado el 10-09-2006, y leído por 373 visitantes. (7 votos)