Unos gritos la despertaron. En la habitación sólo había una inmensa oscuridad. Esas sombras fraternas que se distinguían, tomaban forma de extrañas criaturas. El viento movía las ramas de los árboles y las hacía chocar contra la ventana dando pequeños golpecitos.
Se levantó y caminó hacia la puerta con su camisón largo de moletón rosado con dibujos de pequeñas ovejitas blancas, mangas englobadas y encaje blanco en los puños.
Abrió lentamente la puerta para poder escuchar mejor.
-Ya no te quiero! Estoy arto! Tomaré mis cosas y me iré para siempre!
-Llévate todas tus porquerías y no vuelvas a poner un pie en esta casa! Yo nunca te quise!
-No te voy a dar ni un solo peso! Te vas a morir de hambre porque eres una inútil! Nunca has trabajado! No sabes hacer nada! No sirves para nada! Ni en la cama haces nada!
-Te voy a cagar guevón! Te quitaré todo! Nunca más verás a tu hija! Maricón!
-Perra maldita! Ya veremos quien gana!
De pronto vio como un florero cruzaba volando el comedor y se hacía mil pedazos contra la muralla.
El portazo y el estrepitoso sonido del florero al quebrarse hizo que Sofía cerrara rápido la puerta y corriera a un rincón de su oscura habitación.
Se sentó en cuclillas en el piso enlazando sus piernas con sus brazos y escondió su cabeza entre sus rodillas. Unas lagrimas empezaron a rodar por sus mejillas y su cuerpo empezó a tiritar.
En ese mismo instante alguien entró y se acercó a ella. Era una mujer mayor, muy alta, era bella y tenía una amplia sonrisa, sus ropas eran alegres, de muchos colores.
Se paró frente a Sofía, se agachó y la tomó entre sus brazos. La niña se hizo un ovillo y se acurrucó.
La mujer comenzó a acariciar sus cabellos mientras la consolaba y con voz dulce le hablaba.
-Ya tranquila, ya estoy aquí! Estaré siempre contigo, cada vez que dudes cual rumbo tomar yo estaré ahí, en las noches, en la oscuridad, cuando oigas golpecitos en tu ventana, cuando te sientas sola, en el caos, cuando te propongas metas, cuando quieras desarrollar tus habilidades, cuando te quieras ocultar y ser invisible vendré a ti para arrullarte. De ahora en adelante estaré presente en todas tus decisiones. Seré tu esquema orgánico de supervivencia. Seré tu protectora. Seré tu mejor y eterna compañía y te prometo nunca alejarme de ti y estar contigo hasta el día de tu muerte.
-Y quién eres tu?
-Soy tu miedo.
Continuará……..
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