Paz, aceptación, dulzura que sana. Desperté una mañana limpia con sonrisa y calma al respirar. Miro hacia atrás y puedo escribir historia. Una nueva oportunidad de vida. Llegaste a mi con ese aire limpio, tan fuerte como tempestad incandescente, batiendo puertas, dejándome desnuda sin poder gritar, sin poder huir. Con ternura lavaste mis heridas, me lavaste el miedo y la angustia, tu sin saberlo. Mi piel ahora brilla transparente, no puedo dejar de reir.
Dos lecciones, dos aprendizajes, cuando se ama debe serlo sin egoismos, jugándose la vida por el ser que se ama, sin postergar, dejando al ser amado por sobre las intrascendencias, las irrelevancias.
Aceptar, el aprendizaje más duro, nada puede ante la magnificencia de la vida misma. Los hechos absolutos como la muerte no se pueden revertir, de nada valen las súplicas, los sollozos, aceptar que tu vida son las decisiones que tomas y lo que la vida te responde, aceptar cuando sientes que ya lo has hecho todo y nada queda por hacer.
Cuando logré "aceptar", me encontraste resurgiendo pequeña esperando luz, dando pasos, saliendo!.
Eres un tesoro de sol, un tesoro en medio del mar, te llevo muy dentro de mi con alegría, por el tiempo que sea. Doy gracias a Dios o a la vida por este hermoso regalo que eres tú. |