El silencio me enseñó a no quererte, a ya no apreciarte, y todo fue cayendo en su propio hueco, todo se fue tropezando, destruyendo. Ya tu ausencia no es cruel, ya no es más que un simple vacío indispensable, ya no es mas que un deseo incontrolable. Ya tu mirada y tu aliento no me hacen falta, ya no busco lo que encuentro, ello me encuentra a mí. Ya las cosas no están grises, ahora puedo ver mis pasos y los tuyos desde lejos por otro lado, por otro sendero. Ya tu saludo no es mas que un hola y chau, y no es mas que un recuerdo en mi mente. Ahora el dolor no transcurre mi alma, ahora ya no la agota, ahora no la mata. Espigas en mis ojos era lo unico que encontraba, las lagrimas que derramaba. Pero ahora... ya no muero si no estás.



TODO VUELVE A EMPEZAR.