Una tarde, ya aburridas de tanto sin sentido, las vocales convocaron a una reunión urgente a todas las consonantes. Fueron llegando en orden: B, C, D, F, G, H, J, k, L, M, N, Ñ, Q, R, S, T, V, W, X, Y, Z, todas y cada una de ellas debía dar una solución y dar alguna idea acerca del futuro. Tenían que ofrecer algo.
La que comenzó a ofrecer, fue la B : yo junto a N y D ofrezco: BONDAD, creo que eso es lo que le falta al mundo.
Que bueno dijeron todas las demás.
La F dice entonces, yo ofrezco FELICIDAD, obviamente si L, D y C aceptan.
No sabes lo feliz que nos haces, dijeron las demás letras.
La H, que estaba muy calladita dijo: yo ofrezco, si me ayudan: M, L y D HUMILDAD
Gracias dijeron las demás, tratando de no hacer mucho alarde.
La V dice: yo ofrezco, si tengo la venia de R y D, VERDAD,
¡La dura!, dijeron las demás letras.
Si dijo la V, aunque les duela, ofrezco VERDAD… y estoy hablando en serio.
Yo, dijo la G, ofrezco, si me ayudan: R, T y D GRATITUD
Gracias, dijeron las demás.
Yo, dice la J junto a la S, les ofrezco a JESÚS
Gracias a Dios, aleluya, Cristo es el Señor, Gloria, dijeron todas.
Y ustedes, ¿ no tienen nada que ofrecer? Les consultaron a las consonantes que aun no habían intervenido.
Yo ofrezco un kilo, dijo K, junto con L
¿ Un kilo de que? Le preguntaron
No sé, eso lo ven ustedes.
Yo ofrezco un AÑO, dice la Ñ, y en ese año también pueden hacer lo que deseen.
Que tentadora oferta, dijeron las demás.
Q, W, X e Y se dedicaron a conversar entre ellas… y Z se quedó dormida.
En eso alguien dice: falta la P.
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