El impulso ha de venir desde lo humano. No es lo mismo escibir letra alguna si no se hace desde el puño y ansia de lo humano; desde la letra ortográfica y caligráfica de uno mismo.
La solución siempre se me antoja tintada, coloreada con mi caligrafía, poética en sus aristas imperceptibles desde lo calculado por un simple (e insultante) sistema que iguala mi letra a la de cualquier otro que ansíe escribir sobre las teclas de un estandarizado teclado de PC.
Vosotros, cuenteros que sintáis esta falta de personalidad en la sola caligrafía computerizada, deberíais apoyarme en la simple complejización de todos estos letremas que, si bien nos dejan a todos un espacio común, nos deshumanizan como seres únicos que somos, porque no permiten la diferencia caligráfica, ni el tachón tan significante, ni los picos y las letras que espontáneamente nuestros dedos configuran.
Mis letras surgen de la espontaneidad que manda mi muñeca; no podrían existir sin los giros de la mano que conforman cada letra que escribo.
Y a la vez me pregunto... ¿qué son mis letras sin el giro de los símbolos que mi muñeca prefigura?
La mente y el cuerpo son sólo uno; y escribir en estas letras computerizadas, estandarizadas, mediatizadas, no es otra cosa que escribir ajustándose a un margen demasiado estricto como para producir una percepción singular, ... única.
¿Vale la pena?
Mi ánimo sólo implica el ánimo del caos, del desorden infinito. Sólo comprendiendo en pequeña medida ese galimatías azaroso podremos aceptar la vida en cuanto lo que es; picos y bajos en una grafía cualquiera.
La letra expresa, pero en este medio informatizado, no puede expresar lo suficiente para la comprensión profunda. Y si no queremos expresarnos profundamente, es que en realidad sólo intentamos dar una imagen de lo que somos.
Qué gran falacia, cuenteros.
Si alguien fuera capaz de contrariarme, por pocos que lean esto, que lo intente. Estaré dispuesto a refutar con argumentos su teoría.
Sólo somos aquí, en la red, una imagen de aquello que nos gustaría ser; algo que puede ser muy positivo....... siempre que se seamos conscientes de que sólo se trata de eso; una aspiración, una utopía.
Y si dejáramos de ansiar la utopía... ¿qué sería de nosotros? ¿Qué sería de todas las letras que DESDE allí (desde dentro) hemos proyectado?
Ramón, gallego... tú eres el único, y otros como tú, desde quien aceptaría una crítica a este escrito mío...
pero perdóname por tenerte como una excepción de la norma (ya que siempre lo fuiste, y todo quien estuviera en tu situación y tu contexto), y recuerda que para mí sois la excepción que confirma la regla y por vuestro mérito me reverencio hacia vosotros.
Loable es la superación y la extensión de uno mismo cuando las circunstancias no permiten otra salida... pero convénzome de que hubiérias preferido escribir
con vuestras letras de mano, y perdón a vosotros (sólo a vosotros) si me estoy equivocando.
La grafía, después de todo, quizá expresa más que las letras mismas como letras.
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