Cuando los sueños se quedan en eso, en sueños.
Y el día no tiene color.
Es que llegó la noche, la negra noche; para quedarse y hacerte el amor.
Te cubres el alma con tierra, te cubres el alma con sol.
Crees engañar a la noche y escapar del dolor.

Pero, es tal su deseo de tenerte,
que descubre tu olor...
y es que siente el rápido latir de tu solitario corazón...
y es que huele el suave aroma de tu candente sudor...
y es que escucha el lejano mujido de tu frenético clamor...

Se empeña en encontrar tu mirada perdída.
Y tu sólo piensas en perder la mirada en la vida.

Pero, no encuentras la salida y solo te hundes más en el temor.
Te cubres con más tierra, creyendo desaparecer el alma. Pero, sólo sofocas tu vida y paralizas tu respiración.
Tu corazón se detiene y tu cuerpo pierde calor.
Sin embargo en tu último aliento, vislumbras un rayo de luz.
Y piensas: por fin llegó el día, ya salio el sol.
Sales del pozo profundo, que por las noches es tu protección.
Abres los ojos y miras a tu alrededor.
Y que pena sientes, hay mucha confusión.
Te das cuenta que sólo era la luz de la luna, que te traicionó.
Llora tu alma, llora de profundo dolor.
Te das cuenta, que otra vez la negra noche te abrazó.
Para hacerte sufrir al hacerte el amor.
Llora tu alma, llora de profundo dolor.
Y es que noche tras noche pierde la ilusión.
De que un día pueda saborear las delicias del verdadero amor.