Bien, aunque en los textos Sagrados, se refiere a los ángeles en términos de masculinidad, en el Antiguo Testamento, en el libro de Zacarías, comenta en alguna ocasión y de forma muy escueta, la aparición de dos bellos ángeles femeninos. Hay otras religiones como la Judía según el Zohar o la del Islam los “huris“, que no lo ven igual, y los ángeles efectivamente, pueden ser masculinos y/o femeninos.
Pues bien, hoy me comentaba un amigo (por cierto agnóstico total), que los ángeles no tenían sexo, es más ni siquiera tenían alas, en fin yo le contesté que para mí tenían sexo y alas, además estas eran de colores distintos según su madurez sexual y su rango angelical.
Todo comenzó cuando Rafael estaba en la cola de la oficina de desempleo correspondiente a la zona donde residía , aquello era agobiante de gente esperando su turno, primero para rellenar papeles y segunda cola para hablar con el funcionario de turno y que te terminara de meter en la base de datos, para una posible inserción a un trabajo.
Allí había un bella señorita, la cuál a mi amigo Rafael no le pasó desapercibida en las dos horas que tuvo que esperar, cuando ya le tocaba a la susodicha el turno, mira por donde se lo cedió a Rafael, claro el no lo podía ni creer, una chica tan mona cediéndole el paso (el no lo hubiera hecho, era demasiado tiempo en aquella horrible fila, como alguien que va a pedir limosna), en fin no se lo pensó y pasó el , no sin antes ella dedicarle una sonrisa que casi lo marea, terminados los trámites, salió a la calle, respiró hondo, no lo podía creer...volvió a entrar a la oficina para agradecerle su atención e invitarla a tomar algo, cuál fue su sorpresa que no habían pasado ni tres minutos y aquella linda mujer no estaba, claro se le quedó cara de tonto.
Volvió a salir, respiró, alzó la mirada y vio una cafetería justo enfrente, pues allí que se lanzó a por un pincho de tortilla de patatas, unos boquerones con ajitos y una cerveza.
Estaba dando su primer trago, cuando por la espalda a nivel de su oreja le soplaron suavemente, se giró y uuuuaaaaaaaagggggggg casi se atraganta, era la chica de la oficina de desempleo desaparecida en tres minutos.
El todo amabilidad le dijo si quería tomar algo con él, ya que le había cedido el turno, Rafael le dijo en tono agradecido, has sido un ángel, ella con mirada graciosa le dijo no, ángel no, soy Ángela y además se que entraste a buscarme y yo ya te estaba esperando aquí, claro a Rafael lo había dejado descolocado, no estaba acostumbrado a que ninguna mujer que él se preciara le tirara los tejos de aquella manera.
-Bueno, ¿tomarás algo? -dijo Rafael
-Los ángeles no tomamos, damos simplemente y recogemos los frutos después-replicó Ángela.
Rafael en aquél momento se quedó sin palabras, cosa rara en el que le hablaban hasta los codos,
-Bueno pues donde te puedo acercar, ¿llevas coche?
-No, nunca lo necesito, pero esta vez aceptaré y me llevarás a esa linda playa que tienes cerca de tu casa.
Rafael escéptico le contestó:
-¿Nos conocemos? Al tiempo que pensaba ( vamos ni de coña se me hubiera pasado tal monumento de mujer).
-Déjalo cielo, no tiene mayor importancia.
Y bueno así quedó la cosa, Rafael la acercó a la playa como ella le había indicado, mientras tanto por el camino, Ángela, le hablaba de los ángeles, le comentaba que le había resultado gracioso aquel comentario de la cafetería cuando le dijo que era un ángel, detuvo el coche Rafael habían llegado a su destino, ella insistía en los colores de las alas, blancas era de los ángeles inexpertos y que como labor tenían que hacer que la gente creyera en ellos, después sus alas se tornaban rosadas conforme a los logros conseguidos y finalmente, bueno ya no sabía más.
A punto de despedirse, Ángela se despojó de su abrigo, le beso en el lóbulo derecho de su oreja, apoyando sobre el su cuerpo, sentía su respirar, su respirar jadeante, Rafael estaba de lo más excitado ante aquel encuentro fortuito pero nada despreciable, en posturas que nunca había imaginado dentro de su coche se orgasmó varias veces, estaba fuera de sí , incluso llegó a pensar si aquella mujer le había dado algo para tal comportamiento incontrolable e irrefrenable, bueno una vez extasiado que ya no podía ni mover las piernas el pobre y satisfecho Rafael, se inclinó un poco para asearse, le empezó a comentar que podían verse en otra ocasión, al girar la cabeza, estaba solo su Ángela había desaparecido y como detalle le había obsequiado con tres plumitas blancas una por cada orgasmo que le había brindado.
Rafael no paraba de darle vueltas a su cabeza, no quería creer lo que le había dicho de los colores de las alas etc...,pero se resigno y comentó:
-Vaya con la inexperta y realmente esto ha sido obra de un ángel y además tenía sexo y menudo sexo......
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