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Quiero retraer mis piernas hacia mi cuerpo
y abrigarme con el solaz de mis brazos,
penetrar mis miedos a puñetazos
y olvidarme del mundo y sus pelmazos;

Quiero desfogarme
a estragos de mis lamentos y mis retardos,
dejarlos perdidos en sus rutinas
y olvidar contento con unos tragos;

Siento que en la sarna se me escurre y se me escapa
en el amor de un trabajo el desojar hojas de lata,
y ahora siento más que nada
sobre el abril de mis heridas
que bajo el esputo de mis estampas
ya el llorar no dice nada;

Quiero que en la triste historia de tus cárceles
lleves bien mimada el rodeo de mi infancia secuestrada,
quiero mantener ahogada mi agonía
y envainada a más de una de mis armas;

Quisiera ser consciente de lo poco que me queda por recorrer
en eso de los mundos de los que por poco
y me llego a perder,

Quisiera que los amen como yo nunca amé,
como nunca los he amado
y como nunca lo haré.