Querido... Quizas a quien lo lea...:
De pronto vi mi cielo caer lentamente. Mi luz, el destello de tus ojos, se acaba lentamente y mi horizonte muy despacio se va ocultando... La noche, virgen viene, se desplaza entre los mas olvidados, los mas ciegos, los mas inocentes... Oscureciendo el agua de la vida, turbia como la muerte, amarga como la soledad.
Dolorosamente mis alas se quemaron y mis sueños, un ruido mortificante fueron. Vi a traves de la ventana de mis tristes esperanzas, y te vi, una extraña forma, un amor oscuro, y derrochador de almas... bello ser y espiritu engañado. Las imagenes en mi mente sono como un efecto sedador, calma el eterno dolor durante poco tiempo. Mis manos frias, suavemente se despedazaban, y polvo se convertian, no podia salir de esta enfermedad... La salida cada vez mas se cerraba, y mis brazos golpeaban la negra puerta que cada vez se cerraba más y más, dejando solo a este triste espiritu, lleno de tristeza y enfermo de soledad, con ansias de esperanza, y de amor... Solo dejo que pienses un rato... Mira alrededor, y tu alma sola se encontrará, sin nadie que te ayude... Yo solo sere alguien que transimite esta carta, pero cada vez mi cuerpo va muriendo, y quedara un pedazo de mi... La oscuridad reina en mi mundo, y mis ojos se van cerrando cada vez mas, a una llegada de algun amor que me salvará y podra, quizas dar vida a este seco corazón, que en manos de esta enfermedad se encuentra...
Tal vez, una ayuda seria mejor, quizas una respuesta, tan solo te dejo que leas esta carta... Y con una respuesta salvaras mi olvidada inocencia de esta pura maldad y soledad...
Juan Cancio |