Justo hoy llegó hecho un desastre del Colegio. En la mañana tuve que ir a ver un problema personal que había tenido, son de esos grandes problemas que se tienen a los 8 años.
Me contó que habían ido a un sector del patio (son tres hectáreas de patio) a ver unos bebés muertos que había encontrado uno de sus compañeritos.
Naturalmente esto me causó risa porque dentro de su imaginación de niño todo es posible.

¡¡Sube!!
¡¡Sube!!
¡¡¡Intenta mirar que es lo que hay adentro!!!!

Los gritos de los niños eran intensos y llenos de vida e imaginación.
Al poco rato otros tantos corrían desesperados al salir de una de las puertas a medio caer de esa construcción a medio terminar.
De pronto sonó la campana, el recreo había terminado y era hora de regresar a clases.

Los comentarios de mi hijo no habían hecho otra cosa que recordarme aquellas jugarretas que teníamos en el colegio cuando íbamos al patio trasero a esa construcción que nunca se terminó de lo que era el salón auditorio donde se hacían los actos oficiales.
Decíamos que en ese lugar había enterrada una señora de la cual se contaban mil apariciones, que había sido llevada con su hijo decía un compañero, y que en ocasiones aparecía gritando de dolor decían otros.

Hoy me di cuenta que puedo volver a ser niño a través tuyo, que a pesar de haber crecido y asumido nuevas responsabilidades no dejo de creer en lo que alguna vez fui y en lo imaginativo que era en mis juegos.

Jarita como le decíamos al Auxiliar que vivía al lado de esa construcción fantasma que hoy es una extensión terminada del salón auditorio fue quizá la persona de la cual nunca nos olvidamos por su calidez y amabilidad, era él quien nos correteaba para que regresáramos a la clase; Y yo me olvidé tantos años de lo que alguna vez hice cuando niño.

Gracias hijo por recordarme que aún es posible inventarme mundos y jugar en ellos con la misma inocencia que tienes hoy.

Te amo

Tu Papá.