El dueño del tiempo
De nuevo nada que hacer, es en estos momentos, cuando el miedo la embarga, la ansiedad ¿ porque es siempre así?.
Asiento Chronos, llegas temprano esta vez. Solo oyes y no me hablas. Estas igual de ansioso que yo. Mirando esa, la única rama rota. No te importa, sigues tomando tu café, mirando tu interminable cantidad de relojes. Casi sin quererlo, y con una grave sutileza, acaricias mi espalda con tus manos frías y sin piedad, pero no logras intimidarme, y nada me amedrentara a que mis manos se detengan y dejen de desnudar todo lo que pasa.
Mientras Venus peina mis cabellos y Atenea me ensordece con su ruido de sables.
Nada importa sólo desahogarse, mientras mis pies se transforman en raíces y el viento acomoda mis cabellos, el sol que ilumina mi copa y me encandila.
Cada vez el sentimiento de libertad es mas escaso, siento como me elevo, pero... no , moriré si salgo de mi arraigo a la tierra.
Me encuentro en una extraña bodega, sonidos difusos y familiares, aroma a stress y responsabilidad, veo a mi alrededor restos de comida , apuntes y una hoja en blanco el imperdonable atardecer sumado al dulce sabor de la melancolía...
-Llegas tarde Chronos, deja tus relojes y mira esa rama rota , siéntate junto a mi y ayúdame a estudiar...ah, ya no hay mas café...
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