olvida-arte

La primera vez que Antonio se percató que no era feliz al lado de su esposa, fue el día en que ella le hizo con grandes voces de drama mexicano una escena digna de una nominación:
-Te lo he dicho, no me gusta el jugo de naranja tan templado. Claro que te lo he dicho el jugo debe estar a treinta y cinco grados Fahrenheit. Y además mira esas tostadas, son desastre untadas en forma circular…no me gusta! Mañana deseo ver mis pantuflas no muy cerca y no muy lejos de la cama y mi jugo de naranja a treinta y cinco grados Fahrenheit. ¿De acuerdo chiquito?

Cuando ella salió del apartamento rumbo a su acomodada oficina de banco, Antonio por fin se vio en el espejo del gran living: ¡era tan diferente, y se recordaba lejano!

La doctora Sandoval llegó demasiado cansada esa noche así que lo tomó apresuradamente y se durmió rapidito. Al día siguiente cuando sus pies decidieron buscar sus pantuflas, no las encontró ni cerca ni lejos. Hecha un mar de furia cotidiana, bajó a la cocina a repetir la dosis de novela mexicana. No lo encontró solo una nota que decía:

-Te lo he dicho. No sé hacer la conversión de grados Fahrenheit a grados centígrados, pero encontré la conversión de metros a pulgadas. En este momento me encuentro a 3 billones de pulgadas de ti. Adiós