Mire dentro de tus ojos y no ví mi reflejo en ellos.
La fría superficie de esos ojos, de los que ya no soy capaz de recordar el color, no reflejaban mi imagen;¡pero parecía que me mirabas a mi, sólo a mi!
¿Qué más podías estar mirando? no podías ver nada más; no había nada más a nuestro alrededor, no había nadie más en quien pudieras posar tu inquieta atención. Estábamos solos, rodeados de vacío.
Y sin embargo no estaba yo en tus ojos como tú lo estabas en los míos; no se reflejaba nada en esos quietos ojos, estaban vacíos de imágenes y emociones, sólo me hacían temblar.
Por más que lo intente no logro comprender cómo es que me veías sin mirar, cómo es que captabas las imágenes pero ellas no eran capaces de captarte a ti; cómo es que me veías y yo en tus ojos no aparecía.
La perturbadora no-imagen en tus ojos no me permite recordar el color de éstos, yo sé que te sonara increíble ¿cómo es posible que recuerde que no había reflejo en tus ojos, pero no recuerde su color? Más no puedo recordar el color, empiezo a convencerme de que nunca lo haré, sólo recordaré lo profundo de tu pupila, sólo la inefable expresión en tu rostro al mirarme, sólo el terror que me causo no verme cuando sabía que tu te veías en mi.
Ahora se que nunca nadie ni nada se ha reflejado en tus tristes ojos; ahora se que nadie lo notó, porque nunca nadie antes de mi miró dentro de tus ojos; sólo yo he sido el que se ha atrevido a ver la nada; porque es eso, la nada, lo que habita dentro de tus ojos.