Vení , sentate,
quedate un poco acá conmigo.
En nuestro reducto,
a miles de kilómetros del fondo
de nuestras almas.
Siempre estamos lejos.
Siempre estamos a miles de kilómetros
de cualquier débil luz de nuestro inconsciente.
Por eso mismo, no importa.
Por eso mismo, vení, te quiero.
Vos sabés, el tiempo...
no importa la sensación
si te apuraste a nacer,
si te apuraste a crecer.
Me gusta estar contigo,
y además, vos también,
También te gusta estar conmigo.
Vendré a ser como el oasis apacible
de tus desiertos de arena y viento,
de tu humedad sin tardes de sol
en el poniente
luna creciente,
dame un beso, te doy un beso.
Mojando así toda el agua de tu boca
que quiere dejar ir todas las lluvias de
un mundo escaldado, lacayo, tonto y cruel.
Las ganas de matar.
Acaso el torbellino...
Que se apague el televisor y el mundo
que se caiga la radio y la internés
por estas ganas que tengo de abrazarte.
Mi reservada teoría,
mi amable mente retorcida,
mi querida terrorista
realista
vete de allí
vete de ahí.
vos transformás mis toques digitales
en caricias y miel.
No sé cómo.
La torta de naranja quedó impecable.
podrán hacer paquetes con el arte,
seguirás moliendo el café
y nuestro reducto...
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