Una vez que me quede solo
todo se volverá oscuro
y mi habitación como fiel testigo
de la atmósfera de total silencio:
dirá adiós la luz del sol
cuando al caer la noche
se vaya con el día,
prometiendo volver hasta mañana.
Se ira la música a otra parte
y solo quedara, la vaga sensación,
de acordes de guitarra,
colgada en la pared.
se quedaran tras el velo oscuro.
las fotos y el paisaje, tapiz de la pared;
quedaran al otro lado de la puerta.
los reproches de la gente,
sus angustias y sus pecados;
quedaran fuera mis errores.
mis virtudes y mis inmadureces,
mis gritos de rebeldía, mi nostalgia
mis triunfos y mis derrotas;
quedara intacta la conciencia clara
de lo que he vivido, de lo que he sufrido
y quedara colgado en el halito del suspenso,
un futuro que ya sueño,
de un futuro que es contigo.
Quedaran fuera mis poemas,
los ya escritos y los que mi imaginación guarda;
quedara cerrado el libro
con su enseñanza intacta y
su escritura abierta, en un compás de espera.
veré llegar en el ocaso de las luces
a mi compañera luna y a mis estrellas confidentes,
entraran triunfantes los protagonistas de la noche
las sombras silenciosas, el canto del mosquito,
llegaran también los sueños,
que entraran sin apenas hacer ruido.
Quedare solo en la habitación
acompañado por los gritos del silencio,
que se verán interrumpidos
por la voz de mis preguntas
y las respuestas de mi almohada.
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