Lo veo venir caminando en la oscuridad lentamente…muy lentamente. No puedo evitarlo, no quiero evitarlo. Esta cada vez más cerca, me mira con una mezcla de serenidad y desesperación q no logro comprender, hasta q lo tengo a unos pasos de distancia. El hombre intenta correr pero no puede, intenta hablar pero no lo logra, trata con todas sus fuerzas de que lo comprenda, pero es imposible. Y ahí es cuando lo comprendo todo. Veo desde lejos a Hypnos, el demiurgo de este lugar sentado en su trono, pensativo y paciente, calmado como un dios. Entonces miro a los ojos al pobre hombre que ahora se encuentra frente a mí, y observo como algunas lágrimas comienzan a correr por sus mejillas. Las toco y estas se detienen, desaparecen. No soy un dios ni un mago, pero aquí puedo emularlos. Claro… esto es un sueño.
Veo caer miles de pétalos de rosa desde el cielo, y repentinamente el día se aclara. El suelo es ahora un suave colchón de verde pasto, y el aire huele a flores; las más dulces y hermosas flores del jardín del edén. No logro comprender este sueño, pero ahora el hombre esta sonriente, feliz. Ahora quien no puede moverse soy yo, y enseguida una hermosa niña y una joven mujer se unen al sueño. Corren y se abrazan con el hombre, que ahora parece ser muchísimo más joven, y bailan alrededor de las flores q revolotean por el campo, bailan y cantan de alegría. Se aman, son muy felices juntos. Me doy cuenta que no comprendo el significado de este sueño. No conozco al hombre, ni a la mujer o la niña. No se que función cumplen, o que función cumplo yo. Entonces me acerco a ellos para hablarles, para saber el porque de su felicidad, y cual es la razón por la que yo carezco de sentimientos. Ahora están sentados en el pasto, hablando de cosas bellas, intercambiando hermosos recuerdos, riendo. Les hablo y es inútil, no me escuchan, y parecen no percatarse de mi presencia tampoco. Entonces se me ocurre tocar la espalda de la mujer para llamar su atención, pues ella esta totalmente inmersa en la fantástica historia que el hombre esta contando. Apoyo mi mano sobre el hermoso cabello que pende de su pequeña espalda, y la mujer desparece. La niña comienza a llorar con desespero, y con lágrimas en sus ojos se deja llevar por el odio y la locura e intenta atacarme. Me golpea con débil fuerza, pero en el instante en que me toca, también desaparece. De repente el ambiente se vuelve muy pesado. El aire se hace difícil de respirar, el suelo se torna totalmente pedregoso y la noche cubre todo el lugar con su oscuro manto. El hombre me mira con una mueca de tristeza imposible de explicar, y me pregunta porque me las llevé, porque si hacia años que no las veía después de que la muerte se las llevo en ese horrible accidente, porque si era un momento tan hermoso, ese que tanto había esperado y sabía que solo podía cumplírsele en un sueño. Y yo intento hablar pero no puedo. Intento explicarle que no fue mi intención, que yo ni siquiera lo conozco y que jamás le haría daño, pero las palabras están atadas a mi boca, y no tienen intención de salir. Repentinamente, algo se gesta en mí. Una extraña sensación, un sentimiento muy fuerte que me dice que ya he cumplido con mi designio, que mi trabajo ya esta echo. Y es ahí cuando realmente lo entiendo todo. El triste hombre me cuenta que no hay nada peor que soñar algo hermosísimo, y despertar sabiendo que solo fue un sueño, que fue solo un momento, y que nunca se va a convertir en realidad. Luego se marcha por un oscuro sendero, tan lentamente como vino, y desaparece en la espesa niebla que lo rodea. Y se que nunca más lo voy a volver a ver, y mientras yo también desaparezco, pienso en cuan equivocado estaba. Y me digo a mi mismo que lo más triste no es despertar de un sueño y saber que solo fue un instante, y que nunca va a ser realidad, sino saber que yo mismo soy un sueño que fue creado por el hombre, que solo vivirá ese instante, y que cuando el sueño se acabe… ya nunca más volverá a existir.
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