Pero yo lo conocía. Una vez lo ví dormir de diez a diez; cuando despertó -créanme o no -me dijo:
-El condor pasa.
Así, entre remilgos y remoloneos, me dijo lo del condor. Yo no lo escuché, la verdad, porque yo seguía dormido; la pasé toda la noche esperando a que se despertara, pero no se despertó nunca. Creí que estaba muerto, hasta soñé que se me caían los dientes.
Dicen que no dormía pero yo sé que no hay que poner mucha atención a lo que dicen por ahí. Vaya, yo lo conocía y todo, créanme o no. Una vez me pidió también que lo llevara a su casa, que tenía "mucho sueño". Y lo llevé, pues. Cuando llegamos me dijo:
-Mañana te hablo.
Así. En fin, hoy me da risa contarlo, pero en aquel entonces...
Bueno. Quizás alguna vez no haya dormido y por eso lo dicen ¿no? Alguien más lo tuvo que haber conocido y por eso lo dicen, porque ese alguien les contó.
Una vez fuimos por ahí, no me acuerdo a dónde la verdad, y hacía mucho calor y viento. Ese día se veía cansado, como que no había dormido el pobre.
No sé, tengo sueño, la verdad. |