Pensé que caminabas al costado o que estabas tan de frente como la línea que ambiciona limitar al cielo. Un frío repentino te anunciaba - casi siempre por la espalda – Pregunté por ti a la vida que marchita en los inviernos al árbol que agoniza en la vereda. (Una sombra giró por la esquina de mis ojos) Te vi entonces, entera y victoriosa, con la sonrisa del plan premeditado en la virtual imagen del espejo. Sentenciaste que me dabas una vida de ventaja que tu triunfo era el goce de mi última palabra y el catálogo de versos que construí con tu Silencio. © Cristina Chaca
Texto agregado el 31-08-2006, y leído por 596 visitantes. (40 votos)