En la Quebrá del ají...
Sólo algunos antiguos recordaban la fundación del pueblo, la mayoría se había fugado de la cárcel.
En Colima 8 se reunieron algunos reos: Indalecio, valdiviano, un día meó la puerta de la planta Celco, fue condenado por contaminar el medio ambiente; Raúl robó el reloj al señor Seminario, fue condenado a 50 años; Vicente, en tribunales le gritó ladrón a don Augusto José Ramón, 30 años por injurias; Juan, ateo redomado, sustrajo la Biblia de Juan Pablo Avila, fue rematado con 25 años.
No tenían para cuando salir. Hicieron un plan de fuga. Decidieron ascender Los Andes y constituir una sociedad diferente.
Una avanzada fue enviada a recorrer valles y quebradas. Quevedo y Simón Blanco fueron los responsables de encontrar el lugar, el primero usaba lentes poto de botella el segundo llegó de Africa, encontraron el Camino del Inca, enrumbando al norte y llegaron a La Quebrá del ají.
Elaboraron el plan hasta con santo y seña, en el inicio, se preguntaría ¿Leche? Respuesta Kal debía tragarse la “O” y a la entrada de la Quebrá ¿Madera? Trupan la respuesta.
Se empezó a cavar el túnel, ¿el problema?... La tierra, dónde meterla. La reunión de la jefatura duró horas, no hubo humo blanco tampoco negro, lo dejaron para la visita dominical. Los jefes no iban a poder armar el Camaro así que, quien anduviese apurado tendría que conversar con la Manuela Palma.
En la visita se conversó con las mujeres y... La Teresita gritó: ¡Vendámosla!
La miraron, y dijo: como tierra bendita de la tumba del Fray Andresito.
El aplauso fue general.
En las próximas visitas los familiares salieron con ene cantidad de bolsas de tierra, hasta los guardias compraban para revenderla.
Huyeron, llegando a la tierra prometida, armaron sus rucos, se amaron y llegó descendencia.
Nadie podía salir de la Quebrá del ají donde vive la gente feliz. Bautizaron su pueblo, en al santo y seña, unieron las claves quedando como Kaltrupia.
Con el paso de los años, se convirtió en un pueblo sumergido en las alturas cordilleranas, costaba un mundo salir, solo algunos podían hacerlo y era riguroso secreto, pero, no hay secreto que se guarde. Los aventureros comenzaron a tratar de encontrarlo lo mismo que a la Ciudad de los Cesares.
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