En la ciudad del viento, no se escuchan los lamentos. Se acallan, pero siguen sueltos. En la ciudad del viento, pasa de puntillas el tiempo. El infierno, da paso al invierno. En la ciudad del viento, el cierzo, es todo lo que siento.
Texto agregado el 30-08-2006, y leído por 290 visitantes. (4 votos)