Que dolor de cabeza por tanto pensar en ti,
vacio los dulces besos en tu piel mojado,
respiras de mis poesias escritas a pulso soñador.
Me callas con tu dedo en mi boca sedienta,
continuemos en el abismo que fue almacenado
por mi sangre...una adiccion a encontrar el punto magico de la rosa blanca.
Esta mañana escuche tu voz, sentado a espaldas en una esquina de lamentos maravillosos, escondido por el miedo...en ese momento me abrazabas con desesperacion, me lastimabas con amor, me desperte y solo fue un sueño.
Un sueño que quiero que se vuelva a repetir
Texto agregado el 30-08-2006, y leído por 97
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