II
Después vino el sueño y el anunciado despertar.
-me vestí el traje- vino el vino y lo sobrio,
vino el florecer del cráneo roto al saltar
al vacío lleno de qué sé yo, o de nada y por nada,
¡el engendro de la oscuridad calló y cayó
hasta llegar al frío pabimento y Romperse el cráneo!
dejando al descubierto un laberinto de lineas entre lineas.
Pero nada hacía sentir al corazón igual que a los demás...
...-nada torturaba ni reventaba mi ser, como yo;
nada torturaba ni reventaba mi ser,como yo deseaba;
nada torturaba ni reventaba mi ser,como yo deseaba en el sub-conciente...
...aveces pienzo en que soy un masoquista no reclamado.
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Texto agregado el 29-08-2006, y leído por 116
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