Te debo la vida.
Y aunque se que lo sabes,
te dire que te quiero.
Y volveremos a vernos.
Lo se. Un día...
Fue un nueve de Marzo.
Me sentí impotente,
no pude retenerte.
Almas rotas, lágrimas, pedazos...
Nunca me olvido de ti.
Se que siempre estás cerca.
Recuerdo cómo eras.
Gracias papá.
Texto agregado el 29-08-2006, y leído por 219
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Lectores Opinan
29-08-2006
Gracias a Dios que aún no he experimentado ese sentimiento, pero espero en Dios que si algun día lo hago, estaré en parte felíz, porque seguro estarán durmiendo en Cristo y estarán esperando el día del juicio para despues pasar a la vida eterna, al lugar donde Dios enjugará toda lagrima y no habrá más tristeza. Y por otra parte estaré algro trizte porque somos humanos y extrañamos. Pero todas las cosas nos ayudan para bien. Monsserrat
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