-Abre la ventana Jacob, me asfixio.
-No se puede...abrir...
-Intén...talo...
Las manos del hombre se agarrotan, su piel cobra un tono azuloso. Antes de desvanecerse, la última imágen que retienen sus ojos son las de un hombre con casco miliciano que contempla indolente la escena...
Texto agregado el 18-01-2004, y leído por 441
visitantes. (4 votos)