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Prisión Invernal


Las hojas de un olmo marcaban al ritmo del viento una exquisita melodía invernal, claramente podía sentir esa brisa helada que paralizaba mis músculos ante cada paso amordazado mientras los tenues rayos del sol alumbraban el sendero repleto de nieve…

Me pregunte cuanto tiempo llevaría caminando, mis gélidos pies se encontraban en un punto desafiante hacia el paisaje y mi cuerpo congelado pedía a gritos cubrir la piel desnuda con alguna prenda acogedora, apreté mi estómago con una fuerza incontenible, como si de esa manera consiguiera la capacidad de engañarlo provisionalmente, todo era imposible, el hambre escudriñaba entre mi desgarradora imagen y el frió azotaba contra mi cuerpo como un verdugo inhumano.

Cada paso era un verdadero martirio, el escozor que accionaba la nieve en las plantas entumecidas de mis pies se volvía insoportable y el tiempo que llevaba entre los sollozos y el invierno resultaba descomunal. Observe mis manos por unos segundos, aquellas malditas esposas seguían atándolas cruelmente, sentía aquel hierro rozando mis frías muñecas fiel a su dueño como un perro rabioso mientras su helada textura penetraba entre la sangre coagulada de mi cuerpo.

Unas lágrimas resbalaron como perlas blancas sobre mis mejillas mientras mi mente accionaba un torbellino de recuerdos tormentosos: la cabaña, el hombre, las cuerdas, las esposas, la huida…

“¿En dónde estaba?”, la desesperación se reflejaba entre mis perdidos ojos azules que para aquel momento estallaban en sollozos estridentes, recordaba mi casa, mi familia, la chimenea encendida en aquella gigantesca ciudad, también continuaba por el tiempo a aquel secuestro, los hombres, las muertes, los golpes, la consternación de mi sufrimiento, mi absurdo escape, aquella carrera desafiante del tiempo y el lugar se había convertido en mi peor enemiga…

Hace algún tiempo había conservado la esperanza de que algún alma compasiva decidiera ayudarme, pero todo eso se había perdido entre mi caminata, la escasa gente que atravesaba el lugar ignoraba mis suplicas, mi llanto y como si el observarme fuera un acto denigrante seguían su camino sin siquiera dirigirme una mirada consoladora…

Me encontré perdida entre un anochecer que me condenaba, el poco sol que entre tanto sufrimiento era mi único aliado se marchaba entre las solitarias montañas abandonándome de nueva cuenta, era a esa hora cuando me sentía más vulnerable, presa fácil de cualquier animal o humano a semejanza, temblaba de solo pensar que mi fatídica experiencia pudiera repetirse y más aún en aquel estado, sin nadie que pudiese recordarme. Pensé tanto tiempo en un porque pero nada era capaz de justificar el despiadado trato que una persona puede darle a otra…

Fue entonces cuando mi triste semblante reflejo en la nieve una sonrisa ingenua, a lo lejos podía vislumbrar un grupo de personas reunidas alrededor de algo que en definitiva no alcanzaba a distinguir con precisión.
Por esos instantes me olvide del hambre y del frío, la sola idea de que mi sufrimiento podría detenerse iluminaba mi mirada, me acerque ilusionada hacia aquella gente y sonriente les pedía ayuda….
¿La respuesta?, nada, absolutamente nada, ni una mirada, ni una sonrisa, ni siquiera algún gesto de desprecio, era como si el olmo y mi presencia tuvieran la misma validez, grite desesperada, pero nadie me hizo caso, jaloné entre suplicas los abrigos de las personas pero seguían en la misma indiferencia.

Cuando ya resignada había decidió marcharme pude ver lo que la gente observaba con tanto morbo, tendida entre la nieve, con la tez pálida y un semblante desgarrador se encontraba mi cuerpo inerte, cautivo de una esposas en las muñecas y doblegado ante la inmensidad del invierno.

“Pobrecita, debió haber muerto entre el bosque”, susurró una anciana envuelta entre un ostentoso abrigo de piel a un oficial de la policía…

No quise escuchar más, estallé en un llanto aterrador y corrí intentando perseguir los últimos rayos de aquel sol que me abandonaba de nueva cuenta entre mi eterna prisión invernal….

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Pamela Loubet

Texto agregado el 29-08-2006, y leído por 603 visitantes. (16 votos)


Lectores Opinan
28-02-2007 Sublime!!!, bravo!!, genial!!, excelentemente bien narrado, bien estructurado, original en parte, frío, desesperante a veces, triste, desgarrador, aaaa no sé, tantas cosas que se juntaron a medida que iba leyendo, tantas sensaciones... está increible y gracias por recomendarme este texto como presentación!!!!!!.. felicitaciones y millones de estrellas!!!.. aaaaahhhh aaaaaaaa aaaaaaaaaaaa Mateo_Roques_Kawl
14-10-2006 esta genial, me encanto... esa angustia,me traspaso te dejo besos con sabor a la persona que mas quieres herms_weasley
07-09-2006 Muy bueno... Revisá las tildes en las conjugaciones en pasado de algunos verbos y algunas frases largas que necesitarían alguna coma. Sos muy buena. Saludos y avanti! Aniuxa
07-09-2006 ESTA PRECIOSO ME ENVOLVIO :)******* GEHENA
06-09-2006 mmmhh mucha atmósfera, lo logras definitivamente lo logras. roman_rivera_palma
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