Mire para atrás,
sobre la arena mis huellas
parecía conquistar una tierra
que no les pertenece,
unas aguas saladas que las van desvaneciendo
para saber que aún hay hombres que caminan
e ilusiones que trascienden.

¡El amanecer hizo su rostro en las nubes!
...lloré con paciencia inútil
y escribí versos con la mano entera
sobre los arrecifes.

A la final,
para lograr atrapar el todo que buscaba,
me sumergí en las aguas de una mar rojo
y nadé hasta el horizonte.

Me ahogué y morí
pues nunca alcance
todo el cielo que La mostraba.

Mi cuerpo vagabundo y náufrago
ahora se deshace en el infinito del oceano.

En esas aguas que,
como purificaciones saladas,
lloraron tus ojos ayer
cuando un último beso selló todo,
un último eclipse para el corazón fue eso,
una última ilusión
en el Amanecer de Marruecos.