Solo necesito que tu dulce vos acaricie mis oídos. Me gustaría atarme a un ramo de globos de todos colores y dejar entonces q mi cuerpo aprecie desde allí las formas del cielo. En el vacío d un salón sin siquiera sombras tu vos rebota contra las paredes y forma el eco. Trate de subir los escalones que alguien me puso en el camino pero parecía q cada vez eran mas y mas y en el ruido del vuelo d una mariposa escuche unos ojos que me miraban. Mientras veo un árbol divertirse entre hojas de otoño, no puedo dejar de pensar en aquellos que nunca vieron un sonrisa y en forma de regalo llegaron a mis manos aquellos sueños que alguien tiro a la basura. Se trataba de un remolino el cual hacia girar el viento, aquel viento el que hablaba quien sabe con quien… En realidad no había mas que el eco del silencio plasmado en hojas secas. Podía tocar el mundo con mis manos pero...no era mas q un triste mundo de lagrimas y cielo sin nubes… acá estoy otra vez entonces, acá sin vos. Mas bien mal que bien. Más bien sola. Entre tantos ruidos existe el silencio. Trataba de traerte devuelta a este mundo pero tu estrella estaba muy lejos, logre hacer una escalera entre sueños y sueños pero tu estrella estaba muy lejos. Mientras tanto mi sombra era la que me miraba y mientras jugaba con sus figuras en las luces, se reía de mí. En un abrir y cerrar de ojos me encontraba al borde del precipicio sin precipicio aquel que lleva a encontrarte en el mundo que esta entre el sol y la luna, ahí estaba yo y ahí quería que estés vos. Es tarde y parece el cielo prenderse fuego por la furia de sus propios colores, y cada flor se cierra apretando sus lágrimas otra vez hacia la oscuridad de la noche, este es hoy mi mágico atardecer. Entre alas voy volando hacia tu estrella aquella lejana y brillante, que sobresale siempre del cielo, si, voy volando entre el polvo del aire y llevo para ti todo el perfume que le robe a las flores mientras trataba de abrasarte con mi miraba que te buscaba y no te encontraba por que entendi entonces que ya no estabas.