La injusticia ciega del destino nos reunió,
Para hacernos participe
De este agridulce momento que es solo nuestro

De esta memoria indeleble,
Que regocija y atormenta,
Que duele y arde,
Como dedos torturados en el pavimento
Después de tanto tratar de escarbar en el

No tenemos razón ni concordancia
Esto que nos quema es fuego
Traído del mismito infierno
Esto que nos quema es nuestra propia traición
Esto que nos quema,
Se podría decir que es amor

Somos amantes
Y Dios nos condena,
El mundo nos condena,
La gente nos condena
Y hasta nuestra propia conciencia nos mata
Por ser tercos y elegir tarde lo que queríamos

La noche nos mata, el día nos revive
Este es nuestro vital consuelo
A pesar de comprender literalmente
Que ese lugar en donde posamos nuestros sudores,
En donde te he visto miles de veces
Semidesnuda y ya sin fuerzas
Después de viajar hasta la estrella que siempre me regalas
Ese lugar le pertenece a otro
Así como tú, así como yo también,
Soy de otras tierras de otros lugares de otros amores…

Dios nos condena,
El mundo nos condena,
La gente nos condena
Y hasta nosotros mismos a veces creemos en ellos
Pero a pesar de todo nos amamos
Pero somos amantes.