HISTORIA MARAVILLOSA
Se dice que corría el sexto mes del último año del segundo milenio, cuando en una conjunción astral, se conocieron dos almas, dos corazones que soñaban con dar y recibir ese maravilloso alimento que es el amor.
Desde que se vieron por primera vez, fueron entregándose el uno al otro con mucha sinceridad y cariño, lo que hizo brotar poco a poco gotas del más dulce, delicioso y delicado néctar del amor. Recorrieron juntos muchos lugares de fantasía, que les deparaba ese planeta donde ocurría esa linda historia.
Él utilizaba tácticas muy sutiles y delicadas para agradarla, llevándole obsequios especiales, e invitándola a lugares o a espectáculos que les hacía soñar y compartir.
Ella con su dulce mirada, también hacía sutilezas que agradaban sobremanera a ese galán enamorado ya, transmitiéndole confianza y ternura.
Cuando transcurrió el primer mes desde que ocurriera la conjunción astral, otro encuentro de astros “cupídicos” hizo que esas almas se unieran aún más cuando sellaron ese sentimiento con muchos besos llenos de pasión, ternura y sensualidad.
En el cosmos ya estaba sucediendo algo maravilloso. Se veía a muchos astros, galaxias, planetas que giraban con ritmo algo más brillante. Eso indicaba que se aproximaba la “gran conjunción” de todos los astros, para darle a esa pareja de nuestra historia, todo el polvo cósmico de energía, de su brillo, de vibraciones mágicas necesarias, para que la gran constelación de cupido cumpla con su misión de unir a las almas que se quieren.
Fue así como en la medianía del séptimo mes del último año del segundo milenio, la gran constelación de cupido llegó al cenit en conjunción con todos los astros del universo, produciéndose un brillo cósmico como nunca antes se había visto y, al son de una música celestial, esa almas se fundieron en el más bello, tierno, sensual y apasionado abrazo de amor. Sonaron timbales de estrellas fugaces, campanas de asteroides, y el planeta donde ellos estaban sonrió de emoción al ver que una vez más cupido había acertado con una de sus flechas en los corazones de dos almas buenas y llenas de amor.
Esta historia que se inició como la contamos, supone que tendrá un final feliz, como las historias bellas de la humanidad, por ello debemos decir que efectivamente estas dos almas a las que unió cupido, han vivido ya varios años muy felices, donde el amor ha sido el horizonte que siempre tienen presente y, además agradecen al universo que les haya enviado su polvo cósmico para que ese amor perdure por siempre.
Alfildama - Guillermo Gaete
15-Julio-2000 ©
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