Si el “anima mundi” tuviera caderas
seguro la luna se desnudaría,
somos un opio para las sensaciones,
soy una “nena” para esos murciélagos sacudidos
Las escolares se pellizcan la vulva,
los jovencitos contemplan sus nalgas
y los ochentones resucitan sus recuerdos
con un puro en la mano
y catorce arrugas en la cara
París esta hablando con Baco,
están haciendo poesía tiznada,
mas allá, ven bailotear a la muerte, la llaman,
le invitan un trago,
la heroína empieza a punzar sus huesos,
ella camina,
lento….
y se desvanece al verme en la televisión
desnuda,
fumando
y con un seno postizo,
sonreímos juntas,
sin mostrar los dientes
la puta me acaricia impúdicamente,
sólo pretendo encogerme con la erección del mundo,
trato de terminar decentemente clavada en un tejado
o recostada en el pubis de “él” a las diez de la mañana,
pero todavía no quiero ir al infierno crudo
Sigo siendo recelada,
pávida,
llorona, una perdedora hecha de intuiciones,
una perversa colegiala
que mira de otra manera los muslos de sus compañeras,
la olvidadiza rapsoda
que bebe desierta
cuando fuma con el vacío de un vaso
sigo pateando al mundo en el culo
para que gire a verme,
aún sigo soplando al sol,
para que el bravo se apague,
no sabe a una salada analogía,
no se viste como el futuro de plastilina,
la tierra no es tierra,
son las cenizas del cielo incendiado
soy el carbón de la fecunda Tara dormida.
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