Bueno ante todo era una situación difícil para Clara, se había casado muy joven, no conocía a otro hombre que no fuera su esposo, eran ya casi veinte años de matrimonio, con los hijos casi volando por libre, Clara tenía un buen trabajo al igual que su esposo, y su situación económica era holgada.
Solía quedar con sus amigas (las de toda la vida) una vez al mes para irse de cena y tomar alguna copa, fue entonces ( hará un año aproximadamente) cuando comenzó a replantearse su vida... su YO como mujer, rondando los cuarenta con un físico muy interesante y atrayente, ( de esos que cuando camina por la calle siempre hay algún hombre que se la quedaba mirando).
Pues bien, conoció a Javier era el típico ejecutivo, encantador, tenía palabras para todo, romántico, cariñoso, sabía como tratarla, era sincero para con ella, él también estaba casado y enamorado de su familia, pero simplemente pasaban largas horas charlando y siempre les sabía a poco , solamente se habían besado en la mejilla, pero tenían una tremenda complicidad, realmente Clara estaba loca por él.
Como quería recuperar el tiempo “perdido”...
Alejandro amigo de toda la vida, y al cuál no le iba demasiado bien en su matrimonio, (tal vez el exceso de trabajo, era gerente de una gran empresa), y la poca atención que le prestaba su esposa, volcada única y exclusivamente en sus tres hijos, pues era el candidato perfecto para una relación extramarital, además Alejandro tenía un carácter muy abierto y comenzó a llamarla por teléfono, a hacerle visitas al trabajo, como el que pasa por ahí de casualidad, entonces tomaban cualquier cosa como excusa y ambos tenían conversaciones muy cargaditas de insinuaciones, él la buscaba, ella lo buscaba, y al final se encontraron, alquilaron un pisito amueblado y era su pequeño y fugaz refugio, sexualmente se complementaban muy bien y bueno...ese era su secreto.
Clara tenía un trabajo liberal y era de carácter alegre y jovial , era un encanto de mujer.
Un día en una galería de arte conoció a Luis, un hombre unos años mayor que ella, pero para él fue un flechazo, Luis estaba separado, no tenía hijos y a diario la llamaba por teléfono, le preguntaba como se encontraba, le decía lo feliz que le hacia escuchar su voz...en fin ...Luis era un todo terreno y como no tenía ataduras de ningún tipo y buena economía, le obsequiaba con libros, flores...,etc...era otro encanto de hombre en la vida de Clara, aunque nunca mantuvo ninguna relación sexual con él, y no era por que Luis no quisiera... pero Clara siempre lo frenaba y Luis respetaba mucho sus decisiones, y a pesar de ello, eran un complemento magnífico el uno para el otro.
Y ya por el otro lado, tenía a Juan su marido, complaciente, orgulloso de la mujer e hijos que tenía etc..., Juan le daba toda la libertad del mundo, no le ponía pegas a casi nada, lo que hacía Clara estaba bien echo , la verdad es que era un encanto de hombre, además era apuesto, alto y con una mirada de ojos pardos que quitaba la respiración, pero bueno Clara llevaba esta vida como si en cada momento fuera otra mujer y era complaciente con cada uno de los hombres de su vida a la dosis exacta.
Clara era muy feliz así, tenia un hombre en cuatro, hubiera querido que fueran , en vez de hombres, bebidas, para así mezclarlos y sacar la combinación explosiva que la hacía vibrar a cada segundo de su vida.
Era fiel a cada uno de ellos, ( a su manera, claro) ninguno de ellos sabía del otro excepto de que Clara estaba felizmente casada y enamorada de su marido.
La verdad es que la pobre Clara tenía un dilema, los quería a todos pero no podía formar un harén , eran demasiados gallos para una sola gallina.
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