Perro es el nombre que Alberto le puso a su nuevo perro porque a Alberto le gustan las cosas claras, no hay necesidad de sumar desgracias, repite cada vez que le preguntan por el nuevo perro y su nuevo nombre, es igualito a los otros, yo no veo la diferencia, recita en el mercado y se excusa de Clotilde que lo acusa de mercenario y criminal, y si lo acusa de mercenario y criminal tiene sus razones, porque lo poco que hace Clotilde es leer los libros que le manda su hermano desde Cuba, y entonces Cloty sabe que ¨los contras¨, como dice su madre, siempre son mercenarios y criminales, y por eso llama a Alberto de esa forma, porque tiene sus razones, porque quiere irse a vivir a Santiago de Cuba, a cualquier otra parte que no sea Buenos Aires, y por eso Cloty dice lo que dice y por eso, a la vez, no se enamora de nadie, y menos va a enamorarse de Alberto que llama perro a sus doce perros, que los pasea apenas dos veces por semana, y la casa debe estar llena de mierda, piensa Cloty, y si pensa tanto en Alberto, aunque le diga mercenario y esas cosas que dice, si piensa tanto debe ser por algo, algo le debe atraer el loco de Alberto, como lo llama Manuel, el primo de Clotide que viaja por sudamerica y manda fotos y cartas y siempre pregunta por el loco de Alberto, y Cloty escribe que no pregunte, que es un mercenario contratado por el gobierno, por la C.I.A, que es evidente todo eso, escribe, nadie puede comportarse tan raro, nadie llama perro a sus doce perros sacando que sea un criminal, o un loco, siempre responde Manuel desde Venezuela o Bolivia, y Cloty, en verdad, lo que quiere pensar es que es un loco, solamente un loco, no es que no le gusta la vida como dice su hermano desde Cuba, no le puede gustar la vida si llama perro a sus doce perros, no tiene respeto por la raza canina, dice su hermano que siempre dice lo mismo desde La Habana, tan lejos, tan lejos, pero lo que sucede es que siempre hablan de Alberto, y alguna de estas mañanas, el mercado lleno, Ricardo el verdulero pidiendo silencio, la gente como siempre alborotada, y en un momento, desapercibida para la mayor parte de las chicas, Ine, Ema, Lara, Cloty va a decirle a Alberto que lo ama, que no sabe bien nada pero lo ama, y que quiere pasar el resto de las noche con sus perros en su casa, cuidando la mierda de los perros, hay que sacarlos Alberto, tienen que respirar los pobres perritos, y voy a estar con vos, pero llamame por mi nombre, Clotilde o Cloty, no me digas ¨persona¨ como a todos, porque yo no quiero ser como todas, yo quiero ser tuya pero quiero ser Clotilde, para algo me dieron un nombre, ¿no?
Pero Alberto no va a aceptar, piensa Clotilde, no, porque para evitar las desgracias, Alberto a todas las cosas las llama de manera general, para no sentir las faltas, dice cuando se sincera, y entonces no va a poder llamar a Clotilde Clotilde ni siquiera Cloty, porque Alberto es como es, y tal vez tengan algo de cierto los libros cubanos, tal vez Alberto sea un mercenario, un criminal, aunque sea por no aceptar a Clotilde, aunque sea por estar tan solo, no hay sociedad posible con Alberto, y Clotilde, que no es ninguna sonsa, cuando descubre todo lo que va a suceder, uno se calla, y dos, se pone a llorar y sueña con hacer una revuelta, con asaltar La Moncada, empezar con el regimiento Nueve de Julio, ocupar uno a uno todos los cuarteles, y fusil en mano avanzar por la capital, dispararle a todos ¨los contras¨ aunque sea, aunque sea, aunque sea para matar de dos tiros a Alberto que, no cabe duda, no puede caber ninguna duda, merece morir. |