Lloro, grito, relleno ese espacio vacìo con sollozos parecidos a los de una niña a la que le rompieron la mañeca que le regalò su papà, la que abraza cada vez que el se va de viaje de trabajo, con los ojitos mojados... cada làgrima, cada grito son un desesperado pedido de atenciòn, de cariño...como un cachorrito abandonado al borde de una callecita pide una caricia, un mimo, una mirada a los que le pasan en frente, para poder seguir creyendo, esperando...
Gritos de rabia, gritos de dolor, gritos de impotencia...una impotencia que quiero alejar de mì de cualquier manera y tengo la ilusiòn que el sonido de esos gritos puedan echarla lejos donde nadie la siente, donde yo no la siento... gritos que sacan cosas calladas por demasiado tiempo, cosas pequeñas y cosas grandes, cosas que esperé olvidar, que me ilusioné de olvidar, de perdonar.
Grito aùn màs fuerte para que tù me oigas bien -como si ya no pudieras oirme- o tal vez para que yo me oiga a mi misma y me de cuenta del estado en el que estoy... làgrimas mojan mi mejillas, esas mejillas que siempre tuvieron alguien listo para secarlas se alguna làgrima caìa... me abrazas y lloro aùn màs, los sollozos aumentan como si estuviera sofocàndome... tal vez tu abrazo me hizo entender que estoy aùn màs dèbil y fràgil de lo que pensaba... me pregunto si entonces mis gritos no sean en realidad un pedido de rabia, de fuerzas para no olvidar, para no perdonar, para dejar de amarte y empezar a amarme
|