La desesperanza que me inundaba cuando apareciste desapareció. La tienes bien guardada y ahora solo me inunda tu amor. Un amor que compartimos bajo este increíble Sol y junto a este hermoso río te abro mi corazón. Observamos el anochecer cogidos de la mano y hasta el amanecer permanecemos abrazados.
Texto agregado el 25-08-2006, y leído por 237 visitantes. (2 votos)