En la soledad más profunda está mi mente atormentada. Allí ha cavado mi propia tumba y mi alma quedó sepultada. Es una oscuridad absoluta, nunca nadie me acompaña. Tan solo la luz de la Luna que ilumina mis pisadas. En esta noche oscura de sombras encantadas se alza la bruma que mantiene mi mirada atada. Al menos la Luna me duerme con su nana, ella me da la cura para mi nostalgia.
Texto agregado el 25-08-2006, y leído por 237 visitantes. (2 votos)