Los cuadrúpedos.
Las cuatro caras del alma,
son también cuatro diagonales,
cuatro llaves hacia la paz y la calma,
que sostienen sus cuatro delicados vértices...
Una es la mirada, nuestros ojos,
pequeños laberintos de amor,
grandes almacenes de llantos vanos,
inmensos mares de licor...
Otro rostro, otra pared del alma,
son esas mezclas de dientes y encías,
que cuando muerden callan,
y cuando ríen te halagan la vida...
Otra es la música,
que permanece alejada de los ruidos,
y que habla del hombre por sí sola,
llenando de poesía sus vacíos...
La más compleja tal vez,
sea la más bella, sus pensamientos,
esas alas que nos diferencian sin querer,
y que nos inmortalizan todo el tiempo...
Puede que erguidos sobre dos piernas,
seamos el equilibrio de un cuerpo,
pero por dentro siempre seguirá tu alma,
llevando el gateo del cuadrúpedo.
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