Hecha de mar y de tierra,
la más pequeña de los campos.
Hoy quiero hacerme agua
y correr entre las piedras,
silenciosamente plena.
Hoy no quiero
que te hartes de beberme.
Hoy quiero que en mis caderas
a mi trote de yegua vengas
darte un paseo con aire manso
mientras reposo en ti mi cabeza.
¿Qué tan alto se toca el cielo?
Aún más alto, desde esta cama.
Ponga sus flores y sus riendas
vengo sumisa, a su comparsa.
Sin huellas de sacrilegio
traiga sus penas para lavarlas,
me hicieron de agua marina,
yo vengo a ponerle alma...
Texto agregado el 24-08-2006, y leído por 158
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Lectores Opinan
24-08-2006
Como una cabalgata celestial,con bridas de sentimiento y montada desde el alma te veo pasar*5 terref
24-08-2006
Un còctel de pasiòn y remanso. Sensualidad en el eco pausado del trote de estos versos.
¡Me gustò!
Mis ***** Lancy_