Muerto para amar
Era una tarde fría como todas las anteriores y como de costumbre me sentía solo, pero no quería estar con nadie entonces recurrí a la computadora, yo sabía que tal aparato electrónico me iba a dar aquella compañía que tanto he buscado. Pero no, solo un par de infames que solo necesitan de alguien que este aburrido se conecte y así contagiar su estupidez e ignorancia a otros en tal sitio virtual. Después de unas cinco y aburridísimas horas la necesidad de salir corriendo era monumental no es que tenga el ego por las nubes pero aquellas personas no eran nada para mi me sentía cien por ciento superior a ellos. Tome la decisión de salir de ese maldito lugar ósea mi casa
Con rumbo ignorado, solo corrí como nunca había corrido en mi vida el cansancio fue derrotado por mi frustración de no poder amar como yo quiero amar. Sin darme cuenta me he dado cuenta que me encuentro en las puertas del cementerio tal vez me dije a si mismo que el amor podría estar en el mundo de los muertos, sin dudar de mis pensamiento tome dirección a los sepulcros, como eran tantos solo me dedique a mirar los nombres tallados en las tumbas era un momento único jamás me había sentido tan acompañado las ganas de unirme a su mundo de oscuridad eran cada vez mas fuertes, al final mis ojos se cerraron sobre una banquilla de aquellas calles del campo santo.
Estoy despierto al parecer todo seguía igual observo el lugar pero no se veía nada solo negro que hacia juego con mi mente y mi alma, en ese momento presiento que algo no esta bien en mi, me miro la ropa y estaba con un vestuario distinto al que llegue anteriormente, levanto la cabeza y todos estaban vestidos idénticos que yo hay supe que no estaba en el mundo mortal pero en mi una alegría interna sacude mi corazón era como haber encontrado un tesoro o algo parecido pero no, era solo alegría ficticia provocada por mi dolida mentalidad. Pido ayuda a gritos en cada segundo era hundimiento seguro mis extremidades se hacían mas pesadas y cooperaban con el proceso de auto sepultura. En ese instante alguien toma de mi mano la miro y era una mujer completamente de negro, infinitamente agradecido tomo su brazo y paseamos por los corredores del cementerio; hablamos de la vida, del destino, y no dude en afirmar que era ella el amor que buscaba, le confieso todos mis mas recientes sentimientos y ella confiesa lo mismo que yo en ese momento mis penas, frustraciones, desconformidades y todos aquellos malos espectros que habitaban en mi desaparecieron como humo. Era infinitamente feliz hasta que mi cuerpo comenzó a desvanecerse y desperté al lado del sepulcro del único y tal vez amor de toda mi detestable vida ahora si estoy muerto, estoy en la vida real.