Solo en la oscuridad
La situación ya estaba totalmente torcida, venía varias noches despertando de sobresalto, sintiendo pequeños hormigueos en la cama y una sensación de frío en el silencio absoluto. Intentó volver a dormir, escuchó como chasqueaba el reloj sobre el velador lo que lo desconcentro por un momento, cerró los ojos y pudo conciliar el sueño.
No habrán pasado más de cinco minutos cuando volvió a despertar, estaba completamente empapado, su corazón latía agitadamente, intentó respirar y no pudo, era como si tuviera taponeada la garganta, como si un nudo de angustia lo estrangulara.
Pudo lograr un poco de calma para poder respirar, inspiró, exhaló, lentamente. Rodeó la habitación con su vista y con espanto comprobó que media silueta humana lo espiaba tras el marco de la puerta, intentó levantarse, pero sentía una fuerte presión que lo mantenía pegado a la cama. Ahora la silueta estaba adentro y se acercaba, era oscura, pero brillaba en comparación con la penumbra de la habitación.
Intentó gritar y de su garganta salió una especie de zumbido, inspiro con dificultad, volvió a intentar y nada, solo un grito sordo. Empuño sus manos, se puso rígido y comenzó a temblar fuertemente cuando ante la presencia de la silueta que lo miraba erguida a escasos centímetros escuchó una frase que salían de la boca de esta, pero que sentía como viento tormentoso dentro de su cabeza.
- Estás completamente solo- decía y repetía la voz mientras todo se tornaba negro.
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