(Esta semana escribe: Maravillas)
Hace ya unos cuantos meses, por encargo de una cuentera de esta página, (Dainini), escribí un cuento que formaba parte de una colección de cuentos que estaba trabajando sobre la importancia que culturalmente tiene la historia y la etimología de las palabras. Esa colección de cuentos lleva el título “La Botica de palabras”. El cuento además de enviarlo a su peticionaria, lo mostré, junto con la idea a un grupo de escritores que formaban parte del premio “Casa de las Américas”, inmediatamente me aconsejaron registrarlo y seguir trabajando ese interesante proyecto, pero no sobre el soporte de internet. Así lo hice, y se lo comuniqué a la compañera, Dainini, quien en principio no pareció entender mi decisión. Sin duda, en estos momentos, se le habrán disipado las dudas.
La fascinante historia de las palabras es un proyecto impulsado y difundido por http://www.elcastellano.org/libro Al que todos pueden tener acceso a ese riguroso y espléndido conocimiento del origen de las palabras y su historia. En una breve reseña, que nos hace Fernando A. Navarro dice:
“De igual manera que en una vida —lo aprendemos con los años— caben muchas vidas, también en una palabra caben muchas palabras. Toda palabra, por mucho que hoy la usemos con la despreocupación que da lo cotidiano, arrastra consigo, en realidad, una historia milenaria de cambios, evoluciones y mutaciones; de aventuras y viajes; de odios y amores; de conquistas, luchas e invasiones; de contactos culturales e intercambios comerciales; de olvidos, desapariciones, y reapariciones.”
-Por ejemplo -: la palabra gángster nos invita a bucear sobre su historia:
Esta palabra de origen inglés no está incluida en el Diccionario de la Academia pero sí, sin tilde, en el Diccionario de uso del español, de María Moliner, que lo define como ‘bandido; malhechor que constituye con otros una banda’.
- Gang proviene del noruego antiguo gangr, que lo tomó del verbo germánico ganggan (ir), que llegó al escocés gang con el mismo significado. En escocés adquirió el sentido de ‘trayecto recorrido en una jornada’ y también el ‘conjunto de cosas cargado en una jornada’. Hacia fines del siglo XVII, gang era en escocés un grupo de trabajadores y, unos años más tarde, un grupo de personas que actúan en conjunto para un propósito dado, generalmente indeseado o incluso delictivo.
Pedir a las palabras que nos hablen de su origen y de su historia es un volumen que se puede adquirir, por internet, en la misma dirección que apuntaba en los primeros párrafos de esta columna.
La creación hay que difundirla, no esconderla con peripecias. Y a propósito de esta palabra. Ahí les dejo su leyenda:
peripecia
Vocablo tomado del verbo griego peripeteia (cambio súbito que ocurre a un personaje de una escena dramática), derivado del sustantivo peripetés (vuelta repentina), formado por peri- (alrededor) y piptein (caer).
En el Diccionario castellano (1786) de Esteban de Terrero, peripecia es definida así:
La última parte de las piezas dramáticas, donde se resuelve el nudo de todo con una mutacion inopinada de la accion, dando fin á la pieza.
Y con este final, solamente pedirles que no se empalaguen nunca de erudición, y aconsejarles que busquen siempre, fielmente, las fuentes de la verdadera sabiduría y creación, y se dejen de peripecias. Y para no empalagarse, demos una vuelta por el archipiélago:
El mar Egeo, con sus islas paradisíacas, es un lugar de una belleza inefable, pero lo que más atrae a los turistas que visitan la región son los miles de años de historia atesorados en aquellas islas: en Lesbos, la de los poemas sáficos; en Rodas, la del Coloso; en Eubea, Naxos y Mikonos, pequeños elíseos en los que nuestra cultura dio sus primeros pasos.
En tiempos muy remotos, el conjunto formado por lo que hoy es el Egeo y los mares Mirtoano y de Creta era llamado Archipiélago, que significaba ‘mar principal’, del griego arjós (guía, jefe) más pélagos (mar). La palabra llegó a nuestra lengua en 1522, ya con su significado actual de ‘conjunto de islas’, a través del italiano arcipielago, pero desde muy antiguo ya existía en castellano piélago, que se usaba con el sentido de ‘alta mar’ y también como ‘remanso de un río’ y como ‘laguna honda’.
Empalagarse en el sentido de ‘sentir hastío por haber comido demasiado’ es probablemente una evolución de la idea de ‘comprometerse excesivamente en algo’ y procede de empelegarse, palabra que se usó en una época con el sentido de ‘internarse excesivamente en el mar’ (pelagos).
El estudio del origen de las palabras nos depara, asimismo, sorpresas de lo más curioso, -como afirma, Xosé Castro Roig- y también, añado, nos ayuda a conocer mejor el paisaje humano que escribe las palabras.
Sin duda, recrear con la imaginación la leyenda de las palabras es un hermoso proyecto en el que estoy trabajando, respetando siempre las fuentes.
Notas a pie de página:
Fernando A. Navarro es traductor médico, escritor y diccionarista, autor del «Diccionario crítico de dudas inglés-español de medicina» (McGraw Hill) y del libro de etimología «Parentescos insólitos del lenguaje» (Ed. del Prado)
Xose Castro Roig dice: Este pseudo opúsculo no venal se llamaba antes Diccionario de portera-español español-portera, pero fueron varios los familiares de porteras que se sintieron molestos (¿aludidos?) y decidí cambiarle el nombre. Este diccionario recopila expresiones mal dichas por muchas personas: desde mi madre hasta mi abuela, pasando por maestros de escuela. ¿Acabaremos por no contar chistes sobre otras profesiones, razas, cultos, sexos y tendencias sexuales? ¿Acabaremos diciendo estimados y estimadas amigos y amigas, y escribiendo estimad@s amig@s? Me temo que sí. La ñoñería corre más que un chorizo por un plato de loza.
15 de septiembre de 1999 (11.ª edición corregida y aumentada). Documento compilado, editado y registrado por Xosé Castro Roig. Puedes distribuir este documento libremente; la única y nimia condición —por cortesía con el compilador y con todos los coautores— es que incluyas siempre esta primera página de presentación y no alteres el contenido del documento, que mi esfuerzo me ha costado. Ah, y avísame. Este diccionario se ha creado sin ánimo de lucro (con un gran desánimo, diría yo) y ni el compilador ni los coautores obtienen beneficio de su distribución ni de su publicación (a no ser que Planeta DeAgostini quiera editarlo por fascículos y nos haga a todos una oferta millonaria, vete tú a saber, hija). Envía tus sugerencias, comentarios o nuevas entradas a mi dirección electrónica o a esta dirección postal:
-Xosé Castro Roig
Apdo. 50463 (28080
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Privar a las palabras de su correcta ortografía y sintaxis es deshabitar el lenguaje. Habitarlo (siempre con hache) es conocerlo, pero amándolo y respetándolo.
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