Eras tan pequeñita,
tan niña,
y tu mente como una esponjita,
el trato que recibiste,
lo absorviste,
tu pequeño corazón lo llenaste de rechazo y menosprecio;
fue poco el tiempo que te sentiste protegida.
En tu corto tiempo de niñez,
alguna vez imaginaste que serías escogida,
que serías esa hermosa princesa, admirada,
que serías diferente,
que sería única,
que brillarías entre las demás.
Quizás alguna vez te sentiste fuerte,
pero te llamaron DEBIL, y te la creíste.